EDUCACIÓN
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La inmediatez que caracteriza al mundo actual supone un desencadenante para que nuestros hijos sean cada vez más propensos a desarrollar una baja tolerancia a la frustración. Reconocer sus señales resulta fundamental para saber cómo guiarles hacia un desarrollo emocional pleno y saludable.
Esta dificultad se manifiesta de formas distintas según la edad y personalidad, pero siempre existen indicadores que nos alertan cuando un niño o adolescente atraviesa problemas en esta área. En el Colegio Parentes San Rafael Arcángel entendemos que la capacidad para gestionar situaciones adversas impacta tanto en su rendimiento académico como en su bienestar personal. ¡Vamos a verlo!
Autoría: Colegio San Rafael Arcángel
10 de abril de 2025
4 min de lectura
Antes de identificar las señales, es importante comprender la frustración como ese sentimiento que surge cuando no se logra alcanzar lo deseado. Ante esta situación el niño suele reaccionar tanto a nivel emocional como físico cuando sus expectativas no se cumplen:
Los niños y adolescentes con dificultades para manejar la frustración suelen mostrar cambios notables en su conducta habitual. Puedes observar que tu hijo abandona actividades que antes disfrutaba cuando encuentra la más mínima dificultad, o que reacciona de manera desproporcionada ante peticiones sencillas. Estos cambios no siempre son evidentes, pero como padre o madre, tu intuición es una herramienta valiosa para detectar estas variaciones.
Algunos comportamientos específicos incluyen:
La educación emocional nos enseña que la frustración a menudo se manifiesta físicamente antes de que se pueda expresarla verbalmente. En los más pequeños, es común observar rabietas, llanto descontrolado o incluso conductas agresivas como tirar objetos. Los adolescentes, por su parte, pueden mostrar portazos, gritos o expresiones verbales como «¡No puedo!», «¡Es imposible!» o «¡Nunca lo conseguiré!».
Estas reacciones intensas son señales claras de que tu hijo necesita apoyo para desarrollar herramientas que le permitan gestionar mejor sus emociones frente a los obstáculos.
Un indicador menos evidente pero igualmente preocupante es el perfeccionismo extremo. Los niños y adolescentes que no toleran bien la frustración pueden desarrollar estándares imposibles para sí mismos, experimentando angustia desmedida ante los errores más pequeños. Frases como «Todo me sale mal» o «Soy un desastre» pueden ser indicativas de esta dificultad.
Es importante que comprendan que el error forma parte del proceso de aprendizaje y que la perseverancia es más valiosa que la perfección inmediata.
Observa si tu hijo tiende a evitar situaciones que representan un reto o probar cosas nuevas. La evitación es una estrategia común cuando no se tiene el control sobre esas situaciones y, por lo tanto, no se sabe cómo manejar la frustración que eso provoca.
Esta evitación, aunque puede parecer una solución a corto plazo, limita significativamente las oportunidades de crecimiento y desarrollo emocional de los jóvenes.
Tolerar la frustración se aprende desde pequeño y, en gran medida, depende de lo que los adultos hagamos y enseñemos.
El desarrollo emocional saludable incluye aprender a gestionar la frustración de manera constructiva. Algunas estrategias que puedes implementar en casa son:
En nuestro colegio entendemos que la educación emocional en niños y adolescentes es tan importante como la académica. Por ello, integramos en nuestro proyecto educativo programas específicos, como el mentoring educativo o las pruebas habilmind, que además de mejorar las habilidades académicas, persiguen el desarrollo de habilidades socioemocionales de los alumnos.
En Parentes San Rafael Arcángel apostamos por una educación emocional en niños y adolescentes que va más allá del aula. Enseñarles a identificar sus emociones, hablar sobre ellas y buscar estrategias para gestionarlas es una parte esencial de nuestro modelo educativo. Te invitamos a conocer nuestras instalaciones y a seguirnos en redes sociales para saber más de nuestro proyecto educativo.
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