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4 señales para saber si tu hijo tiene baja tolerancia a la frustración

EDUCACIÓN

La inmediatez que caracteriza al mundo actual supone un desencadenante para que nuestros hijos sean cada vez más propensos a desarrollar una baja tolerancia a la frustración. Reconocer sus señales resulta fundamental para saber cómo guiarles hacia un desarrollo emocional pleno y saludable.

Esta dificultad se manifiesta de formas distintas según la edad y personalidad, pero siempre existen indicadores que nos alertan cuando un niño o adolescente atraviesa problemas en esta área. En el Colegio Parentes San Rafael Arcángel entendemos que la capacidad para gestionar situaciones adversas impacta tanto en su rendimiento académico como en su bienestar personal. ¡Vamos a verlo!

Autoría: Colegio San Rafael Arcángel

10 de abril de 2025

4 min de lectura

baja tolerancia a la frustración

¿Cómo identificar la baja tolerancia a la frustración?

Antes de identificar las señales, es importante comprender la frustración como ese sentimiento que surge cuando no se logra alcanzar lo deseado. Ante esta situación el niño suele reaccionar tanto a nivel emocional como físico cuando sus expectativas no se cumplen:

1. Cambios repentinos en el comportamiento

Los niños y adolescentes con dificultades para manejar la frustración suelen mostrar cambios notables en su conducta habitual. Puedes observar que tu hijo abandona actividades que antes disfrutaba cuando encuentra la más mínima dificultad, o que reacciona de manera desproporcionada ante peticiones sencillas. Estos cambios no siempre son evidentes, pero como padre o madre, tu intuición es una herramienta valiosa para detectar estas variaciones.

Algunos comportamientos específicos incluyen:

  • Abandono inmediato de tareas ante el primer obstáculo
  • Negativa a intentar nuevas actividades por miedo al fracaso
  • Cambios bruscos de humor cuando las cosas no salen como esperaban
2. Manifestaciones físicas y verbales intensas

La educación emocional nos enseña que la frustración a menudo se manifiesta físicamente antes de que se pueda expresarla verbalmente. En los más pequeños, es común observar rabietas, llanto descontrolado o incluso conductas agresivas como tirar objetos. Los adolescentes, por su parte, pueden mostrar portazos, gritos o expresiones verbales como «¡No puedo!», «¡Es imposible!» o «¡Nunca lo conseguiré!».

Estas reacciones intensas son señales claras de que tu hijo necesita apoyo para desarrollar herramientas que le permitan gestionar mejor sus emociones frente a los obstáculos.

3. Perfeccionismo extremo y autocrítica destructiva

Un indicador menos evidente pero igualmente preocupante es el perfeccionismo extremo. Los niños y adolescentes que no toleran bien la frustración pueden desarrollar estándares imposibles para sí mismos, experimentando angustia desmedida ante los errores más pequeños. Frases como «Todo me sale mal» o «Soy un desastre» pueden ser indicativas de esta dificultad.

Es importante que comprendan que el error forma parte del proceso de aprendizaje y que la perseverancia es más valiosa que la perfección inmediata.

4. Evitación constante de desafíos

Observa si tu hijo tiende a evitar situaciones que representan un reto o probar cosas nuevas. La evitación es una estrategia común cuando no se tiene el control sobre esas situaciones y, por lo tanto, no se sabe cómo manejar la frustración que eso provoca.

Esta evitación, aunque puede parecer una solución a corto plazo, limita significativamente las oportunidades de crecimiento y desarrollo emocional de los jóvenes.

Estrategias para fomentar la tolerancia a la frustración

Tolerar la frustración se aprende desde pequeño y, en gran medida, depende de lo que los adultos hagamos y enseñemos.

El desarrollo emocional saludable incluye aprender a gestionar la frustración de manera constructiva. Algunas estrategias que puedes implementar en casa son:

  • Modelar respuestas adecuadas: Muestra con tu ejemplo cómo manejas tus propias frustraciones cotidianas.
  • Establecer expectativas realistas: Ayuda a tu hijo a fijar metas alcanzables que supongan un reto sin ser imposibles.
  • Valorar el esfuerzo sobre el resultado: Reconoce y celebra el proceso de aprendizaje, no solo los logros finales.
  • Enseñar técnicas de autorregulación: La respiración profunda, contar hasta diez o tomar un momento de pausa pueden ser herramientas valiosas.
  • Buscar apoyo profesional cuando sea necesario: En casos de dificultades persistentes, contar con orientación especializada marca la diferencia.

Nuestro enfoque en Parentes San Rafael

En nuestro colegio entendemos que la educación emocional en niños y adolescentes es tan importante como la académica. Por ello, integramos en nuestro proyecto educativo programas específicos, como el mentoring educativo o las pruebas habilmind, que además de mejorar las habilidades académicas, persiguen el desarrollo de habilidades socioemocionales de los alumnos.

En Parentes San Rafael Arcángel apostamos por una educación emocional en niños y adolescentes que va más allá del aula. Enseñarles a identificar sus emociones, hablar sobre ellas y buscar estrategias para gestionarlas es una parte esencial de nuestro modelo educativo. Te invitamos a conocer nuestras instalaciones y a seguirnos en redes sociales para saber más de nuestro proyecto educativo.

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Preguntas frecuentes

¿Qué nos identifica en el Colegio San Rafael Arcángel?

Somos un colegio comprometido con todos y cada uno de nuestros alumnos adaptándonos a cada una de sus necesidades.
• Creemos en la educación integral que favorece el desarrollo
de todas las dimensiones de la personalidad del alumno.
• Ponemos al alumno en el centro, haciéndole protagonista de
su aprendizaje.
• Educamos a alumnos capaces de convivir y compartir.
• Promovemos el aprendizaje significativo.

¿Qué aporta que el Colegio San Rafael Arcángel pertenezca a PARENTES Red Educativa Internacional?

Los colegios de la Red Educativa promueven los valores morales y culturales relacionados con el trabajo bien hecho, el afán de mejora y superación, el respeto, la promoción de la libertad y la responsabilidad personal. Del mismo modo se promueven valores como la lealtad, la honestidad, la justicia, la solidaridad y la paz. Todo ello partiendo de una visión cristiana de la persona y el mundo.

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